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FAQs, Preguntas frecuentes

Sí, si se quiere expresar que la Comunidad de Cristianos no habría surgido sin la ayuda de Rudolf Steiner.

No, si se quiere decir con ello que tenemos que creer en las verdades antroposóficas.

No, si con ello se quiere expresar que la Comunidad de Cristianos es la Iglesia de los Antropósofos.

No, porque ninguna enseñanza o doctrina particular ha de ser enseñada por un/a sacerdote o creída por un miembro.

, si por ello se entiende la gratitud de la comunidad de cristianos por la ayuda de Rudolf Steiner para una vida religiosa moderna y la comprensión de la Biblia.

Los que reciben la fuerza de la gracia de los sacramentos ya pertenecen a la respectiva congregación en un sentido más fino, sutil. Los niños y los jóvenes pueden sentirse como en casa en la comunidad, pero no están obligados a hacerse miembros.

Las personas mayores de edad que deseen unirse libre y voluntariamente a la comunidad lo pueden tratar con un/una sacerdote y serán bienvenidas. La pertenencia como miembro implica un compromiso en lo personal, en lo social y en relación al propio destino, que proviene de la participación en los servicios de culto, no estando en contradicción con la libertad de creencia y pensamiento de cada uno.

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La Comunidad de Cristianos se ha opuesto a toda discriminación desde su fundación y lo ha puesto en práctica cada vez más a lo largo de las décadas.

Hemos tenido pastores y pastoras en el altar desde nuestra fundación en 1922. Las personas de todos los orígenes son igualmente bienvenidas aquí (incluso nos resistimos a la exigencia de los nazis de excluir a los judíos del culto cuando se amenazó con la prohibición).

No se juzga la orientación de género de una persona (por ejemplo, la homosexualidad). Sin embargo, nuestra ceremonia matrimonial como sacramento aborda la diversidad del hombre y la mujer. Por lo tanto, no es adecuado para las parejas del mismo sexo. Sin embargo, se han celebrado ceremonias de uniones del mismo sexo de dos mujeres o dos hombres en nuestras congregaciones.

Cada sacerdote es libre en su enseñanza y prédica, siempre que no enseñe en contradicción con nuestros rituales. No es casualidad que ningún sacerdote se haya encontrado con problemas por sus manifestaciones. Una “disciplina doctrinal” como en otras iglesias sería difícil de concebir aquí. Al fin y al cabo, todos los sacerdotes se ocupan a diario de los textos de los sacramentos, por lo que, antes de que alguien formule una crítica, tendría que preguntarse sobre si tal crítica es hecha desde la honestidad interior. La conciencia moral de cada uno es el mejor consejero.

La mayor parte de lo que se profesa y se enseña entre nosotros podría corresponder a la convicción común de todos los cristianos. De todos modos, todos los miembros tienen plena libertad de creencia con nosotros. Dado que la libertad de enseñanza del sacerdote sólo puede estar limitada por el seguimiento de los textos del culto, hay que buscar allí las peculiaridades en el ámbito doctrinal. Y no hay muchas “peculiaridades” (ciertamente no, si uno considera las enunciados cristianos fundamentales y no las enseñanzas confesionales – católica, protestante, ortodoxa, etc.).

Como mucho, se puede mencionar:

  • Bautizamos en la convicción de que el ser humano ya existe antes de la concepción y el nacimiento (preexistencia).
  • El bautismo de la Comunidad de Cristianos deja lugar a una idea según la cual el alma inmortal del hombre no es creada en la concepción o el nacimiento, sino que existe espiritualmente de antemano (preexistencia).
  • Nuestro credo habla de un Dios creador que “precede” a sus criaturas, es decir, que no se queda quieto de una vez por todas.
  • De lo que los especialistas en sectas nos quieren acusar, es decir, nuestra supuesta dependencia de la antroposofía, no es cierto, pues ninguna visión antroposófica es doctrina vinculante para los miembros ni para los sacerdotes de la Comunidad de Cristianos.

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Consideramos que esta clasificación es errónea y despectiva. En el pasado, “secta” (que viene del latín “sequi” – seguir) significaba una corriente religiosa de manera no prejuiciosa. En el siglo XX, la palabra secta adquirió cada vez más la connotación de estrechez de miras, fanatismo, intolerancia y reivindicación de representatividad única. Las características de una secta cristiana son:

– ciertas partes de la Biblia -en lugar de toda la Escritura- están sobrevaloradas;

– se debe creer en un profeta concreto (normalmente el fundador de la comunidad);

– otras iglesias están devaluadas;

– socialmente, los miembros se separan de otros cristianos;

– así, se rechaza el ecumenismo.

Aunque todas las comunidades tienen que luchar constantemente contra la arrogancia y la intolerancia, esperamos que las características mencionadas aquí no sean típicas de nuestro movimiento y que, por lo tanto, seamos capaces de relacionarnos con los diferentes.. También buscamos la paz y la cooperación con otros cristianos en cuestiones prácticas.

La Comunidad de Cristianos se sitúa en el terreno de los derechos humanos y se opone al racismo, el nacionalismo y otras discriminaciones.

– No se juzgan las opiniones políticas de nuestros miembros.

– Sin embargo, no ofrecemos un escenario a los extremistas políticos.

La paz debe reinar ante el altar.

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