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LibroEl encuentro de mi vida con Rudolf SteinerAutorFriedrich RittelmeyerAño2008Compartir

Cuando se le preguntó a Steiner cuál era la diferencia entre el movimiento antroposófico y la Comunidad de Cristianos, respondió: “El movimiento antroposófico apunta a la necesidad de conocimiento y brinda conocimiento; la Comunidad de Cristianos apunta a la necesidad de resurrección y brinda a Cristo.” Ya hemos mostrado cómo también el conocimiento puede llevar plenamente a Cristo.

Quien viva en la Comunidad de Cristianos puede sentirse en el culto en presencia inmediata de Cristo. Recibe alimento para su alma y ayuda para su vida, tan fuerte y amplia, como la pueda desear. No necesita ocuparse de los conocimientos antroposóficos en particular. Pero convive con lo más elevado a lo que es posible que la Antroposofía alcance. De tener la necesidad de conocimiento, los guías de la Comunidad de Cristianos, que desde la Antroposofía hemos recibido nosotros mismos cuantiosas dádivas, podemos ofrecerle ayuda en ese sentido, puesto que queremos avanzar a la par de la cosmovisión naciente y no seguir con la que se extingue. Pero todo esto es cuestión de libertad individual, tanto la del sacerdote como la del miembro de la comunidad.

Nada de lo que proviene de la Antroposofía es dogma de la Comunidad de Cristianos. Lo que une a la Comunidad son las grandes verdades fundamentales y los hechos básicos del cristianismo, por supuesto que vistos desde una nueva espiritualidad –sin la cual, como lo demuestra la historia del presente, se habrían perdido- presentados de un modo tal que en ellos se expresan objetivamente los hechos sanadores de la humanidad. La Sociedad Antroposófica es un movimiento cultural que abarca todas las áreas. La Comunidad de Cristianos es una iglesia sanadora que puede abarcar a todos los seres humanos.

Si todo esto es visto claramente y expresado abiertamente, sin que en ello se hagan valer sentimientos “demasiado humanos”, entonces cada uno puede saber cuál es su lugar. Aquello que más le sirve para llegar él mismo a ayudar a la humanidad y colaborar con Cristo, eso es lo adecuado para él.

[…]

(Fragmento extraído del libro “El encuentro de mi vida con Rudolf Steiner” de Friedrich Rittelmeyer; pp. 175-176, Editorial Antroposófica, Editorial Comunidad de Cristianos, Buenos Aires, 2008)

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