Estas palabras certeras llenas de verdad de FRIEDRICH RITTELMEYER, Primer Rector Supremo de La Comunidad de Cristianos, quien ofició los funerales de Rudolf Steiner, en su libro “EL ENCUENTRO DE MI VIDA CON RUDOLF STEINER”, publicado por la Editorial Rudolf Steiner.
Antonio Pérz Sicilia.
《Ninguno de nosotros esperaba que Rudolf Steiner sucumbiera a la enfermedad.
La envoltura mortal, recién abandonada por el espíritu que emprendía su lejano viaje, descansaba en el lecho de muerte a los pies de la estatua de Cristo que allí se alzaba casi terminada.
Los que contemplaban el rostro del difunto podían ver lo que el espíritu puede hacer del cuerpo en la vida de un hombre verdaderamente grande en la tierra. LA SUBLIMIDAD Y PUREZA DE SUS RASGOS ESTABA A LA ALTURA DE TODA PRUEBA Y ERA INSUPERABLE.
Tal vez la máscara mortuoria, si alguna vez se reproduce como cuadro, sirva para convencer a muchos.
Una y otra vez, la mirada se dirigía del cuerpo terrenal abandonado a la gran figura de Cristo que señala con un gesto convincente hacia el futuro.
EL DISCÍPULO HABÍA CAÍDO A LOS PIES DEL MAESTRO.
Era como si Cristo acogiera al discípulo con brazos protectores mientras Él mismo avanzaba con paso incesante hacia el futuro del mundo.
La misión del discípulo estaba cumplida.
La frente del Maestro estaba radiante con la luz de los divinos propósitos del mundo.
Cuando, por deseo de Frau Dr. Marie Steiner, y en la sala solemnemente decorada donde el Dr. Steiner había dado la mayoría de sus grandes conferencias, yo estaba realizando el SERVICIO FÚNEBRE según el RITUAL DE LA COMUNIDAD CRISTIANOS, cuando una gota del agua rociada cayó en el centro de la frente y brilló allí durante todo el servicio como un diamante centelleante.
La luz de muchas velas se reflejaba en esta estrella resplandeciente, del mismo modo que las revelaciones de la luz de los Mundos Superiores se habían reflejado en su espíritu. Así adornado, el cuerpo se hundió en el ataúd.
Para mí fue como si los Espíritus Superiores hubieran indicado en una imagen terrenal lo que nos había tocado vivir.
Cuando el servicio llegó a su fin, una impresión vivía poderosamente dentro de mi alma: ESTA OBRA ESTÁ TERMINADA.
Como una gran cuestión, está ahí ante la humanidad.
Si todos los que pertenecen a esa obra dedican sus fuerzas a ésta con un solo propósito, prevalecerá.》
Del 11 al 13 de Abril 2025 en Barcelona celebraremos su centenario organizado por La Sociedad Antroposófica en España y La Comunidad de Cristianos en España.
《Me gustaría encender a cada persona
con el Espíritu del Cosmos
para que ellos mismos se conviertan en llamas
y crear la esencia de su ser a partir de la pasión.
Otros, sólo quieren sacar agua del cosmos,
apagar las llamas, y así diluir y paralizar
la vida interior de cada ser.
¡Oh! qué alegría cuando estas llamas humanas arden,
incluso donde descansan.
¡Oh! qué amargura cuando lo humano está atado
donde quisiera estar libre.》
Rudolf Steiner
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